No abonas ningún gasto propio de la financiación: ahora mismo, los eléctricos cuestan más que los modelos de gasolina o diésel. Con la financiación, pagas entrada, salida e intereses. Al hacer el renting de un coche eléctrico, simplemente te haces cargo de una cuota mensual que no cambia en el tiempo que dure tu contrato.
No te comprometes con un vehículo años y años: al comprar un coche, sales con él del concesionario y ya vale unos cuantos miles de € menos. El renting de vehículos eléctricos no tiene este inconveniente porque el coche no es de tu propiedad. Del mismo modo, no tendrás que venderlo y perder dinero si en un tiempo te hace falta un modelo más grande o más pequeño. La solución está en contratar un nuevo renting del modelo que necesites en ese momento.
Ahorras dinero con la movilidad sostenible: los coches eléctricos son más eficientes que los modelos de combustión. Es decir, necesitan menos energía para moverse, y esto se traduce en ahorro a diario.
Prueba si el renting de un coche eléctrico es para ti: si compras un eléctrico, quizá con el tiempo te des cuenta de que debías haber empezado por un híbrido. A día de hoy, la movilidad eléctrica no es para todo el mundo, sobre todo si haces muchos viajes largos en coche. Con el renting de un coche eléctrico, no hay margen de error. Si después del eléctrico prefieres un híbrido, cuando acabe el contrato nos pides el modelo que te guste. Con la compra habrías perdido miles de euros, con el renting no.
Cero preocupaciones con la batería: mucho se dice sobre que las baterías de los coches eléctricos se rompen y son muy caras. La tecnología actual se preocupa porque los fallos sean ya algo poco común y siempre cuentas con garantía. De todas formas, si es un tema que te preocupa, con el renting el coche no es tuyo. Ni te haces cargo de cualquier posible fallo de la batería ni tendrás que aguantarla más tiempo del que dura el contrato de renting del coche eléctrico.